Es curioso cómo una cosa puede ser la causa de tantos sentimientos encontrados. Pero eso es lo que hace del amor algo tan hermoso; es lo más cercano a la perfección que existe en el mundo, lo único que puede abarcar de forma simple y precisa lo bueno y lo malo, lo bello y feo.
Cuando pensamos en el amor, pensamos en la parte feliz de este sentimiento, el tipo de amor que asociamos al comienzo de algo hermoso, que da vida.
Sin embargo, hay otro tipo de amor, un amor oscuro y triste que también es más común de lo que imaginamos: el amor que se siente cuando uno ama a alguien que nunca tendrá, y no precisamente porque no sea correspondido.
Este tipo de amor no indica el comienzo de algo hermoso, sino el final de algo que podría haber sido hermoso, pero que nunca va a llegar a ser nada más de lo que es. La verdad es que el amor no siempre tiene un final feliz. No siempre concluye en la unión de dos personas o de dos vidas en una sola.
Puede que ames a alguien con toda tu alma y que nunca tengas la oportunidad de estar con esa persona, puede que sepas que amas la amas y al mismo tiempo sepas que no hay ninguna posibilidad de que ustedes puedan estar juntos. Porque simplemente algunas personas no pueden estar juntas, incluso si realmente se aman.
El amor no es suficiente. El amor nunca es suficiente, porque el amor no es racional. Para estar con alguien en la práctica la relación tiene que funcionar en temas tangibles. Y la verdad es que algunas personas simplemente no sirven para estar juntas. Puede haber hábitos o creencias que dificulten que esas personas puedan interactuar con fluidez.
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Nunca vas a amar todo acerca de la persona con la que estás, pero tendrías que amarla al menos lo suficiente como para vivir con las cosas que no te gustan. No todas las personas están dispuestas a comprometerse, y sin compromiso, simplemente será imposible superar las dificultades.
Puede ocurrir también que ambos estén cargando con un pasado doloroso del que no se pueden liberar. Para que las cosas funcionen hay un elemento muy importante y es la capacidad de perdonar y olvidar. Porque el amor es una emoción sumamente intensa, y cuando herimos al otro, lo herimos muy profundamente.
Cuando el amor deja huella, es imborrable. El dolor no se olvida fácilmente y por lo general no se trata de las ganas que tengamos de olvidar.
Las relaciones se basan en la confianza y una vez que esta se daña, es muy difícil volver.
Cuando el amor nos llega así, es necesario desistir de la idea de estar juntos. Soltar y confiar en que ambos podrán encontrar a alguien más para amar. Eso hará que piensen cada vez menos el uno en el otro, y que ya no te sientan responsables por la felicidad del otro.
Es difícil, pero tienes que confiar en que en la vida existe alguien para ti, y que tienes derecho a ser feliz. “Todo lo que pasa conviene, son las reglas de la vida, son las reglas del amor”. Con el tiempo, entenderás que todo fue para mejor. Así que no te preocupes si ahora estás pasando por el lado oscuro del amor. Dale tiempo. Y verás.
Fuente: Elitedaily.com
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