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Estos pantalones “anti-violación” son esencialmente prendas interiores que vienen integradas con genitales masculinos prostéticos, que con orgullo sobresalen de entre las piernas de la mujer. Lo que se espera es que, con el uso de ellos, los violadores potenciales sean engañados al pensar que la posible víctima es un hombre o transgénero, reduciendo así su inclinación y motivación para realizar el asalto.
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